Las visiones de Tesla
El gran genio de la Ciencia, Nikola Tesla (1856-1943) —que inventó y describió el sistema de corriente alterna, la bobina de Tesla, el motor de inducción eléctrica, aeronaves sin alas y comunicaciones interplanetarias— fue testigo de diferentes hechos que corroboran la existencia del Mundo Invisible.
Julie Byron, en su libro Amazing Psychic Experiences of the Famous, lo describe como un hombre poco común, excéntrico, visionario y místico. La autora interrumpe su narrativa acerca de la curiosa personalidad del prestigioso inventor con una pregunta al menos estimulante: “¿Habrá sido Tesla un sensitivo?”. Ella misma, rompiendo la expectativa, prosigue: “En realidad, la última persona en admitir esa sugerencia sería el propio Tesla que, hasta el día de su muerte, mantuvo la opinión de que la raza humana era nada más que ‘máquinas de carne’. Sin embargo, a pesar de su visión antagónica en relación a los fenómenos paranormales, Tesla fue abordado repetidas veces durante toda la vida por lo desconocido”.
Aunque tal vez sintiera recelo, según su biógrafo, John J. O’Neill (1889-1953), en aceptar sus experiencias como psíquicas, en virtud del temor de ser asociado al Espiritualismo o a cualquier corriente que considerase que había algo más en la formación de la vida que tan solo energía y materia, cedió a la fuerza de los fenómenos ocurridos con él mismo desde la infancia. Julie nos cuenta que, funcionando de forma similar a un receptor mediúmnico, Tesla pasó por muchos episodios extrasensoriales: “La noche en que su madre murió, del otro lado del mundo, Tesla vio el siguiente cuadro: ‘una nube repleta de figuras angelicales de maravillosa belleza, una de las cuales me miró fijamente, amorosamente, mientras asumía la apariencia de mi madre. La aparición fluctuó despacio por mi habitación y luego desapareció. Fui despertado por una canción indescriptiblemente dulce, cantada por muchas voces. En aquel momento, una certeza que ninguna palabra puede expresar se hizo presente en mí: mi madre se había muerto aquel instante’”.
En una ocasión, relata Julie, Tesla se sintió impelido a mandar un telegrama desde Nueva York afirmando que tuvo una visión de que Angeline, su hermana, aparecía y desaparecía. Sospechaba que ella no estuviese bien, aunque no tenía motivos para pensarlo. Pero, su intuición estaba correcta. Su hermana había estado al borde de la muerte.
Como vimos, el renombrado científico, reconociéndolo o no, poseía una fuerte mediumnidad, intrínseca a todos nosotros, según les he explicado. Y, por eso, necesitamos, como lo escribí en el artículo “La amplia misión del Templo de la Buena Voluntad”, ser evangelizados y apocaliptizados.
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