La advertencia de Schiller y la función del Dolor

Capítulo extraído del libro Jesus, a Dor e a origem de Sua Autoridade (Jesús, el Dolor y el origen de Su Autoridad), del escritor Paiva Netto, presentado en las celebraciones del 25º aniversario del Templo de la Buena Voluntad, el 8 de noviembre de 2014, en Brasília, capital de Brasil.

Estamos en plena transición apocalíptica, anunciada desde los Profetas del Antiguo Testamento, pasando por la Buena Nueva del Cristo, las Epístolas de los Apóstoles, que culminaron con el esclarecimiento de la realidad espiritual-humana proporcionada por el Apocalipsis de Jesús. Por eso, hice esta larga disertación sobre el Dolor, porque, lamentablemente, este ha sido el camino interpretado por la Humanidad. Sin embargo, lo hice inspirado en el extraordinario ejemplo del Cristo, no para caer en la derrota del desánimo, sino visando la victoria, ya que los he capacitado para tomar del tormento, y con él, impulsar el coraje.

Sobre esta prevista Era de transformación planetaria, hay quienes confían en ella firmemente, así como quienes no le dan el menor crédito. Sin embargo, hoy en día sucede que pensadores y científicos de renombre tienen preocupaciones que antes no tenían en sus tareas: el calentamiento global y la aceleración del cambio climático, el peligro de la guerra por el agua, la futura falta de combustible, y el espacio vital1 en relación con el fuerte crecimiento de la población mundial.

Nos damos cuenta de que algo empieza a sacudir a los más obstinados negadores de aquello que quienes tienen una visión espiritual aclarada perciben con mayor anticipación, por ejemplo: la realidad del Mundo todavía Invisible, la Morada de los Espíritus.

Friedrich von Schiller (1759-1805), dramaturgo, poeta, filósofo e historiador alemán, resumió la situación actual con las siguientes palabras:

—Si del cielo no cae la chispa que enciende, si no se aviva el Espíritu, los corazones languidecen.

La divina función pedagógica del Dolor no es la de destruirnos, sino la de elevarnos en el camino de la salvación. Vea por qué fue escrito el Apocalipsis. Ya les dije que es una carta de Amor de Dios a nosotros, Sus hijos:

Bienaventurados los que lavan sus vestiduras en la sangre del Cordero de Dios, para tener derecho al árbol de la Vida Eterna, y para entrar por las puertas de la Ciudad [Jerusalén Celestial] (Apocalipsis, 22:14).

Una vez más, destaco: "Los que lavan sus vestiduras en la sangre del Cordero de Dios", esto es, en definitiva, aprender y vivenciar la Santa Doctrina del Cristo, que habla al corazón y aclara la mente, por la cual Él ha dado Su vida. Por lo tanto, corregiremos nuestros errores y tendremos nuestra Alma limpia, por este Conocimiento Divino.

DESTINO ESPIRITUAL

Esta es una de las misiones del Apocalipsis: no dejar que las Almas se olviden de su destino espiritual. Lo que ocurre a veces es que muchos leen la Santa Biblia, pero solo ven aquello que les refleja el propio rostro. Por eso solo ven la parte humana y vuelven el rostro contra la Parte Divina2.

En mi libro Jesus, o Profeta Divino (Jesús, el Profeta Divino), bajo el subtítulo "El origen de la Autoridad del Apocalipsis", escribí que el Libro de las Profecías Finales, blanco de tantas censuras apresuradas, tiene un valor incomparable por originarse exactamente en Dios y por haber sido entregado por Jesús, el Divino Profeta, a Juan, por intermedio de un Ángel (Espíritu Superior). Nada más elevado que esto: la Revelación Profética proviene de los Parajes Celestiales, de sus mayores alturas. Se trata del ejercicio de la Jerarquía Divina.

Es decir, el Apocalipsis descendió al planeta Tierra por orden de Dios al Cristo y se está esparciendo por el mundo a través del Espíritu Santo, para que sepamos superar los obstáculos allí anunciados, por muy difíciles que sean. Si sus advertencias no son todas de júbilo, no es por culpa del Apocalipsis, sino en virtud de nuestras propias acciones. Es esencial recordar siempre lo que Jesús afirmó sobre el Gran Juicio, cuando Él regrese al plano de las formas, dando a cada uno según sus propias acciones:

Porque el Hijo de Dios vendrá en la gloria de Su Padre, con Sus Ángeles; y entonces dará a cada uno conforme a sus propias obras. (Evangelio, según San Mateo, 16:27).

Si les doy estas explicaciones, lo hago con toda seguridad de que serán de utilidad para fortalecer a cada uno de ustedes que me escuchan, ven o leen. Por lo tanto, es imprescindible que todos aquellos que tienen acceso al Apocalipsis entiendan que no fue escrito para asustar; sino que es una fuerte advertencia, para que finalmente aprendamos que su texto nos muestra la dirección correcta. Él nos enseña a recorrer el camino de la redención, que nos llevará al reencuentro tan esperado con el Cristo de Dios:

—He aquí que Jesús viene con las nubes, y todos los ojos Lo verán, incluso aquellos que Lo traspasaron. Y todas las naciones de la Tierra se lamentarán sobre Él. Así sea. ¡Amén! (Apocalipsis, 1:7).

Seamos, pues, perseverantes y perseverantes, y más perseverantes, porque seremos dignos de la más extraordinaria de todas las glorias: ver a Jesús y respetuosamente besar las manos y los pies de nuestro Divino Maestro y Señor.

LA PROMESA CELESTIAL SOBRE EL FIN DEL DOLOR

Desafortunadamente, hasta los días de hoy, como hemos visto, por lo general la mayoría de la gente se acuerda de Dios solo cuando serios problemas golpean a la puerta de sus vidas. Es lo que más hemos visto. Sin embargo, a pesar de esto, Él se manifiesta con Su Amor a todos Sus hijos, independientemente de sus creencias o descreimientos. Basta observar los notables modelos de Fe y de superación del Dolor en todo el camino humano.

Y más: la Promesa de Dios sobre el fin del Dolor punitivo —no es más que la consecuencia de las malas acciones de los seres humanos—, la encontramos precisamente en el Apocalipsis de Jesús, 21:3 al 5, según la narración del Profeta de Patmos3, Juan Evangelista:

3 Y oí una gran voz que decía desde el trono [Nueva Jerusalén]: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres: Dios habitará con ellos, y ellos serán su pueblo; y el propio Dios, en medio de ellos, será su Dios.

4 Y les secará de los ojos toda lágrima, y no habrá más muerte, no habrá más duelo, ni llanto, ni gritos, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron.

5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí que hago nuevas todas las cosas. Y agregó: Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas.

Como se puede ver, el Apocalipsis de Jesús es principalmente un anunciante de alegrías. Los seres humanos que solo ven tristezas son los que vienen calumniando, desde hace dos milenios. En cuanto a las referencias a las penas y dolores, fueron sembrados por nosotros. Entonces, ¡hagamos las mejores siembras en todo momento! Este es el mensaje del Profeta Job, desde el Antiguo Testamento de la Santa Biblia, 34:11:

Porque Dios retribuye al hombre según sus [propias] obras (...).

Y también en los Salmos, 37:4:

—Deléitate en el Señor, y Él te concederá las peticiones de tu corazón.

Por lo tanto, las advertencias no son de hoy.

Vean qué más revela el Padre Celestial, ahora por intermedio del Profeta Isaías, en el Antiguo Testamento, 65:17 al 19:

17 Porque he aquí que Yo creo nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá más recuerdos, ni más vendrá al pensamiento.

18 Mas vosotros os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que Yo creo; porque he aquí que yo instituyo para Jerusalén una alegría y, a su pueblo, gozo.

19 Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de llanto, ni voz de clamor.

El eminente educador, político, periodista y médium brasileño Eurípedes Barsanulfo4 (1880-1918), en un mensaje espiritual transmitido durante la reunión ecuménica de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo, en São Paulo, Brasil, el sábado 24 de agosto de 2002, a través del médium sensitivo legionario Chico Periotto, destacó la necesidad de no aferrarnos al sufrimiento, pero sí de liberarnos de él, enfrentando los desafíos y perseverando en la construcción de tiempos mejores:

—Tropiezos e infortunios que obstaculizan nuestra felicidad, a pesar de las heridas que el dolor nos impone, descarguémonos como un pararrayos en la tierra que nos cobija, porque habrá nuevos tiempos de amor y de alegría.

JERUSALÉN AMPLIADA

Actualmente, como les expliqué, Jerusalén posee un significado muy amplio: ¡toda la Humanidad! Los invito a seguir, con el cuidado que los caracteriza, el desarrollo de esta serie, "El Apocalipsis de Jesús para los Simples de Corazón".

RECOMPENSA A LOS CARITATIVOS

El Sagrado Corán, en 29 Sura, "Al-‘Ankabut" (La Araña), también nos dice de esta nueva morada de los buenos:

58 En cuanto a los creyentes que practican el bien, les daremos un hogar en el Paraíso, bajo del cual fluyen ríos, donde vivirán eternamente. ¡Qué grata es la recompensa de los caritativos,

59 perseveran y confían en su Señor!

Realmente, los caritativos se merecen la recompensa de Dios, aunque, por humildad, no la ambicionen.

DOLOR NO ES FATALISMO

Como vimos anteriormente, el Dolor no es un fatalismo en la vida humana. Nosotros lo creamos. Paren un poco, piensen y reconozcan esta realidad. Si hicimos por merecer, lo que nos espera es lo mejor posible.

PERSEVERAR PARA RECIBIR EL TESTIMONIO DE JESÚS

Para los que jamás desisten del ideal del Bien, en el versículo 32 del capítulo 10 del Evangelio según San Mateo, encontramos la garantía de recibir el testimonio de Jesús, que también asegura:

Todo aquel que dé testimonio de mí ante los hombres, Yo también daré testimonio de él ante mi Padre, que está en el Cielo.

Sin embargo, Él advierte, en el versículo 33 del mismo capítulo:

Pero aquel que me niegue delante de los hombres, Yo también lo negaré delante de mi Padre, que está en el Cielo.

PODER, JUSTICIA Y COMPASIÓN

¡Cuánta gloria a los fieles y perseverantes que así comprenden el origen del auténtico Poder y de la legítima Autoridad! Estos de ninguna manera se perturbarán, porque son conocedores de la Autoridad y del Poder verdaderos, incorruptibles, que provienen de Dios, independientemente de sus creencias. ¡Es la fuente de todo Conocimiento, de toda Justicia, de toda Misericordia, de toda Compasión y de toda Generosidad, en la Tierra!

Jesús, "el Pan Vivo que descendió del Cielo", para matar cualquier tipo de hambre —espiritual, moral, física, religiosa, científica, íntima o pública—, dijo:

Yo soy el Pan Vivo que descendió del Cielo; si alguno come de este pan, vivirá eternamente; y el pan que Yo daré por la vida del mundo es mi carne. (Evangelio, según San Juan, 6:51).

Para que ustedes entiendan en plenitud el significado de esta revelación del Político Excelso, el Divino Estadista, y la presencia activa del iniciático Dolor en la constitución del gobierno realmente bueno para los pueblos, con el Alma limpia y libre de ideas prejuiciosas, lean los libros de la Religión del Tercer Milenio y estudien el Antiguo y el Nuevo Testamentos de la Santa Biblia. Sin embargo, háganlo en Espíritu y Verdad, nunca "al pie de la letra que mata", la cual el Apóstol San Pablo condenaba (Segunda Epístola a los Corintios, 3:6), y también, es esencial que se haga, a la luz del Mandamiento Nuevo del Cristo (Evangelio, según San Juan, 13:34 y 35), porque Dios es Amor. Por lo tanto, Su Palabra solo puede ser entendida por la comprensión de este sentimiento elevado. ¡Jamás por el odio!

El DOLOR DEL CRISTO ES EL PODER DE ÉL EN NOSOTROS

Aquí, llegamos al punto de por qué he puesto, en la portada del libro Jesús, el Dolor y el origen de Su Autoridad, luego después del título, la frase: El Poder del Cristo en nosotros.

Nótese también lo que anuncia el Maestro Jesús:

—(...) y el pan que yo daré por la vida del mundo es mi propia carne (Evangelio, según San Juan, 6:51).

En la Buena Nueva del Señor de la Paz encontramos esta Sublime Revelación:

—Y el Verbo de Dios fue hecho carne, y habitó entre nosotros lleno de Gracia y de Verdad y vimos Su gloria, gloria como la del Unigénito del Padre. Jesús (San Juan, 1:14)

En vista de esto, para expresar el Esplendor Espiritual del Unigénito del Padre, Jesús aceptó someterse al martirio funesto de la cruz, a fin de entregarse a Sí mismo por la vida del mundo, ofreciéndose como el sustento divino de nuestras vidas. Por lo tanto, el Dolor del Cristo es la Autoridad y el Poder de Él en nosotros; el Verbo de Dios que se hace carne todos los días al impulsarnos a practicar el Bien, en todos los escenarios posibles.

Por eso, afirmo que Jesús no causó ningún flagelo a Sí mismo, al contrario de lo que hacemos normalmente. Al ser un Espíritu sin mácula, el Ungido de Dios voluntariamente cargó nuestros errores sobre Sus hombros, con el fin de librarnos de la ignorancia, que es el origen de nuestro Dolor, porque:

(...) por Su sangre [Jesús] nos liberó de nuestros pecados. (Apocalipsis, 1:5).

Reveló el Profeta Isaías en el capítulo 53, versículos del 1 al 12, acerca del sacrificio extremo de Jesús —origen del Poder y de la Autoridad Divina, que al Cristo pertenecen, por mérito, por los siglos de los siglos—, fragmento tantas veces mencionado por el viejo Zarur en sus explicaciones siempre actuales:

1¿Quién creyó en nuestra prédica y a quién fue revelado el brazo del Señor?

2 Él creció como un arbusto delante de él y como raíz de tierra seca; Él no tenía belleza ni hermosura; Lo miramos, pero no tenía la apariencia de lo que era; nada había en Él que nos agradara.

3 Era humillado, el más rechazado entre los seres humanos. Hombre de dolores, que sabe lo que es padecer; y, como uno de quien los hombres esconden el rostro. Era despreciado, y no hicimos caso de Él.

4 Verdaderamente, Él tomó sobre sí mismo nuestras enfermedades, y nuestros sufrimientos llevó sobre sí. Y nosotros Lo despreciábamos como un leproso, un hombre herido por Dios y siempre angustiado.

5 Pero, Él fue crucificado por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. Estaba sobre Él el castigo que nos trajo la paz; por Sus llagas es que fuimos curados.

6 Todos nosotros andábamos como ovejas descarriadas; cada una se desviaba del camino, pero Dios permitió que cayera sobre Él nuestra iniquidad.

7 Fue ofrecido en sacrificio, porque Él mismo quiso y no abrió Su boca. Como un cordero, fue llevado al matadero y, como la oveja muda ante sus esquiladores, no abrió la boca.

8 Fue detenido y juzgado injustamente; y ¿quién se preocupó de Su suerte? Pues fue arrebatado de la tierra de los vivientes; por causa de la transgresión de nuestro pueblo fue condenado.

9 Le designaron la sepultura con los malhechores, pero con el rico estuvo y Su muerte, porque nunca hizo injusticia, ni dolo alguno se encontró en Su vida.

10 Sin embargo, el Señor Dios aceptó consumirLo con sufrimientos; pero, cuando haya ofrecido Su vida, para redimir los pecados humanos, verá una descendencia perdurable, y la Buena Voluntad de Dios florecerá en Sus manos.

11 Verá el fruto de lo que Su alma trabajó y quedará satisfecho. Y dice el Señor Dios: — Este justo, mi siervo, justificará a muchos con Su ciencia, porque llevará sobre sí sus iniquidades.

12 Por eso, Yo Le confiaré una gran multitud de naciones, y Él distribuirá despojos de los fuertes, porque entregó Su vida a la muerte y fue contado entre los malhechores.

"Y la Buena Voluntad de Dios florecerá en Sus manos."

¡Amén!
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1 Espacio Vital: En alemán, lebensraum. Es, en la geografía política, un término acuñado por el geógrafo y etnólogo alemán Friedrich Ratzel (1844-1904). Es relativo a las condiciones espaciales y naturales necesarias para el mantenimiento o la consolidación del poder del Estado sobre su territorio y para el fortalecimiento de determinada sociedad o pueblo. Este concepto fue utilizado como componente de la nefasta ideología nazi en Alemania. Los nazis apoyaron la expansión territorial a cualquier costo, para ganar espacio vital.

2 Parte humana y Parte Divina de la Biblia: el autor trata el tema en el capítulo "El pueblo y el Fin de los Tiempos", del libro O Brasil e o Apocalipse (Brasil y el Apocalipsis), vol. III, del mismo autor.

Patmos: Pequeña isla griega, situada al este del mar Egeo, a 55 kilómetros de la costa suroeste de Turquía. En ella, por orden del emperador Domiciano (51-96), Juan Evangelista y Profeta, fue exiliado y, ya nonagenario, recibió el Apocalipsis. Cuenta la historia que durante el exilio, con su poder de persuasión, convertía a todos los guardias de la isla al cristianismo, lo que llevó al emperador a hacer constantemente el cambio de soldados. Con la muerte de Domiciano, Juan va a Éfeso, dando testimonio del Cristo hasta el fin de su vida.

4 Eurípedes Barsanulfo (1880-1918) – Nació el 1° de mayo de 1880, en Sacramento, Minas Gerais, Brasil, y murió en la misma ciudad, a los 38 años, el 1° de noviembre de 1918. En 1902, participó activamente de la fundación del Liceo Sacramentano, donde dictó clases. También se desempeñó en la creación del semanario Gazeta de Sacramento, donde publicaba artículos sobre economía, literatura y filosofía, debutando así como periodista. El 31 de enero de 1907, fundó el Colegio Allan Kardec. Asistió indiscriminadamente a los pobres y a los necesitados que acudían a él en busca de ayuda. Fue un dedicado servidor del Cristo hasta el último momento de su vida terrena, que fue durante la pandemia de gripe española que asoló el mundo entre 1918 y 1919.

José de Paiva Netto, Director Presidente de la Legión de la Buena Voluntad (LBV), es escritor, periodista, conductor de radio, compositor y poeta brasileño. Además, es miembro efectivo de la Asociación Brasileña de Prensa (ABI, siglas en portugués) y de la Asociación Brasileña de Prensa Internacional (ABI-Inter, siglas en portugués). Afiliado a la Federación Nacional de los Periodistas (FENAJ, siglas en portugués), a la International Federation of Journalists (IFJ), al Sindicato de Periodistas Profesionales del Estado de Rio de Janeiro, al Sindicato de Escritores de Rio de Janeiro, al Sindicato de los Profesionales de Radio de Rio de Janeiro y a la Unión Brasileña de Compositores (UBC). Integra también la Academia de Letras de Brasil Central. Es un autor de referencia internacional en la defensa de los derechos humanos y en la conceptualización de las causas de la Ciudadanía y de la Espiritualidad Ecuménicas, que, según él, constituyen “la cuna de los más generosos valores que nacen del Alma, la morada de las emociones y del raciocinio iluminado por la intuición, el ambiente que abarca todo lo que trasciende el campo común de la materia y proviene de la sensibilidad humana sublimada, como ejemplo de la Verdad, de la Justicia, de la Misericordia, de la Ética, de la Honestidad, de la Generosidad, del Amor Fraterno”.