La verdadera ciudadanía se origina en el Cielo

Fuente: Reflexión de Buena Voluntad extraída del libro “Jesús y la Ciudadanía del Espíritu”, de octubre del 2019.

Generalmente, los pueblos y sus patrias han logrado sobrevivir, a pesar de la falta de educación y de la caridad, del hambre, de la peste o de la guerra. Y esto se debe a la fuerza del Espíritu Inmortal que habita cada uno de sus ciudadanos, sean o no conscientes de esa realidad. Es fundamental comprender que la verdadera ciudadanía se origina en el Cielo, desde donde realmente venimos, porque hay Vida antes que la vida.

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El Santo Evangelio de Jesús, según San Juan, 1:1 al 5, nos revela: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Todas las cosas por medio de Él fueron hechas, y nada de lo que se hizo fue hecho sin Él: Jesucristo. La vida estaba en Él, y la vida era la luz de los hombres. La luz resplandece en las tinieblas, pero las tinieblas no prevalecieron contra ella”.

Tela: Ivan Aivazovsky (1817-1900)

Este principio divino se refleja en la preocupación y en el respeto que las tradiciones espirituales tienen por la existencia celestial, que precede y reemplaza a la materia.

José de Paiva Netto, Director Presidente de la Legión de la Buena Voluntad (LBV), es escritor, periodista, conductor de radio, compositor y poeta brasileño. Además, es miembro efectivo de la Asociación Brasileña de Prensa (ABI, siglas en portugués) y de la Asociación Brasileña de Prensa Internacional (ABI-Inter, siglas en portugués). Afiliado a la Federación Nacional de los Periodistas (FENAJ, siglas en portugués), a la International Federation of Journalists (IFJ), al Sindicato de Periodistas Profesionales del Estado de Rio de Janeiro, al Sindicato de Escritores de Rio de Janeiro, al Sindicato de los Profesionales de Radio de Rio de Janeiro y a la Unión Brasileña de Compositores (UBC). Integra también la Academia de Letras de Brasil Central. Es un autor de referencia internacional en la defensa de los derechos humanos y en la conceptualización de las causas de la Ciudadanía y de la Espiritualidad Ecuménicas, que, según él, constituyen “la cuna de los más generosos valores que nacen del Alma, la morada de las emociones y del raciocinio iluminado por la intuición, el ambiente que abarca todo lo que trasciende el campo común de la materia y proviene de la sensibilidad humana sublimada, como ejemplo de la Verdad, de la Justicia, de la Misericordia, de la Ética, de la Honestidad, de la Generosidad, del Amor Fraterno”.