La máquina humana y el aceite del sentimiento

Educación, un tema a la orden del día. Urge que todos la difundamos y consideremos como el camino seguro que reduce la distancia social entre las clases. Es también un eficiente antídoto contra la violencia, la criminalidad, las enfermedades y todo aquello que invalida el crecimiento saludable de un pueblo.

Karina Dametto
Arquivo BV

Alziro Zarur

Atendiendo a la solicitud de amigos, presento fragmentos de la conferencia que dicté el 9 de marzo de 2010, en la ciudad de Rio de Janeiro/Estado de Rio de Janeiro, en la que participaron, por videoconferencia, personas de diversos lugares de Brasil y del extranjero. Entre los asuntos tratados estaba la Pedagogía de Dios, preconizada por Alziro Zarur (1914-1979), que a lo largo del tiempo la hicimos desdoblarse en la tesis socioeducativa de la Legión de la Buena Voluntad, dirigida a unir el desarrollo cognitivo del educando a la cultura del respeto plural, y, por lo tanto, siempre con Espiritualidad Ecuménica, sobre lo que reiteradamente les he hablado. De ahí surgió la Pedagogía del Afecto, para los niños, y la del Ciudadano Ecuménico, para jóvenes y adultos.

Hablando sobre este tema, afirmé que no es suficiente con instruirse de las cosas humanamente racionales. Conforme resalté en febrero de 1984, dirigiéndome a las mujeres involucradas en las acciones de la LBV, y posteriormente en un artículo en el periódico Folha de S.Paulo, el 27 de julio de 1986: Creemos que la instrucción es la que se aprende en la escuela, en el colegio, en la universidad y los demás centros de enseñaza y que se debe asociar al hogar, bajo la forma de Educación. Dicha alianza es imprescindible. Sin Instrucción y Educación no hay progreso. Sin embargo, instruir y educar no son sólo el enseñar a leer, a sumergirse en los libros. Se trata, sobre todo, de iluminar la inteligencia para las funciones armónicas del Ser Humano en la sociedad. Es decir, ésta y el gobierno deben unirse permanentemente para establecer la estructura que, de hecho, forma una patria mejor y un mundo más feliz. Cuanto peor la enseñanza peor el porvenir. Por lo tanto, enseñar no es sólo transmitir el abecé de la ciencia terrenal, aunque sean las más sublimes Matemáticas, la Física, la Química, la Astronomía, entre otras. Pues si al Alma no se le suministra buen alimento – iluminada por la espiritualización, que supone más que educar, significa el reeducar – este aprendizaje ultrainstrutivo llevará al Ser Humano sin dicha buena nutrición a orientar su razonamiento hacia actos aun más destructivos. Educar es transformar, reeducar bajo los auspicios de la Paz, del Amor y de la Justicia rociada por la Bondad y de este modo sublimar el carácter.

Sin instrucción y sobre todo sin Educación no existe futuro. ¿Se acuerdan del Plan Marshall para Europa del que ya les hablé tantas veces? Se destacan Alemania, en el occidente, y Japón, en Asia, con MacArthur (1880-1964), que se recuperaron con pujanza. Sin embargo, la producción de estos dos países, y de muchos más, iría a la bancarrota en aquel período y en cualquier otro, si no se hubiera preparado una generación con una enseñanza que tuviese la profundidad que le serviría de base a las demás.

Afecto y Respeto

Hay muchas quejas sobre la violencia en las escuelas, pero si el estudiante va a aprender a ampliar el propio razonamiento con el fin de ser capaz de asimilar las lecciones necesarias para su preparación técnica, paralelamente se debe tener en cuenta el cuidar del sentimiento lo mejor posible.

El afecto para los niños y el respeto a los jóvenes son semejantes al funcionamiento de una máquina: en una parte de las ruedas dentadas, la mente, la lógica; en otra, el Alma, el sentir, ¡lo cual nos impide volvernos cada vez más salvajes! De este modo, los dientes de la rueda se van encontrando y hacen que el mecanismo gire. Sin embargo, si Usted no le pone a este engranaje el aceite de la Fraternidad, de la Solidaridad, de la Misericordia, de la Compasión, todo deja de funcionar, se traba, se crea herrumbre ¡y todo se destruye!

Función precipua

¿Ustedes han visto funcionar bien algún instrumento si no está debidamente lubricado? ¿Qué es la Humanidad? Es como un extraordinario ingenio que necesita ser tratado con el aceite del sentimiento que viene de Dios, cuando se Le conoce como Amor, por lo tanto Caridad. ¿Y saben cuáles son sus ruedas dentadas? ¡Nosotros! que no somos pedazos de metal que se oxidan, a no ser que estemos infectados por la indolencia paralizadora.

Ésta es nuestra función precipua: instruirnos, educarnos, reeducarnos para instruir, educar y reeducar con eficiencia. He aquí que la Educación, cuando es acertada, libera. Y, con la Espiritualidad Ecuménica, sublima.

Ver más allá del intelecto

En una entrevista que concedí al experimentado periodista italiano, residente en Brasil, Paulo Rappoccio Parisi, el 10/10/1981, declaré que en la Legión de la Buena Voluntad pugnamos por la Educación y la Cultura unidas a la acción iluminadora de la Espiritualidad Ecuménica. A propósito, para que se concrete la síntesis sublime entre las luces del intelecto y el Sol del Conocimiento Espiritual, la LBV avanza, en forma pionera, al traer al aula — puesto que hemos consolidado la Pedagogía del Ciudadano Ecuménico, o el Ciudadano Solidario, y la Pedagogía del Afecto (para los niños atendidos por la LBV), en sus centros de enseñanza — la capacitación para el discernimiento ético, que tiene como fin la Vida Eterna, y lo que es también importante: aplicada a los concretos desafíos de la existencia terrena. Así como en la geometría cartesiana, es necesario hacer que la Educación material (eje de las “x” o eje de las abscisas) encuentre el saber proveniente de las más elevadas esferas de la Sabiduría Divina, que es el Amor (eje de las “y” o eje de las coordenadas). El sabio entiende y utiliza la inteligencia, la intelectualidad, el conocimiento técnico o específico en pro de los Seres Humanos. Sin embargo, existen muchas personas inteligentísimas haciendo el mal en este planeta. Por casualidad, ¿es sabia la persona que perjudica a su semejante? ¡No lo es! Adquiramos, pues, la Sabiduría con Jesús que, siendo Maestro en Israel y, siglos después, uno de los más respetados profetas del Islam, les lavó los pies a Sus hermanos, según la narración de San Juan, en el capítulo 13 del cuarto Evangelio canónico. Salomón, en Proverbios, 16:16, escribió: “Mejor que el oro es adquirir sabiduría, y adquirir discernimiento es mejor que la plata”.

Y ahí estaremos en el camino correcto, para iluminar el Espíritu bajo una Claridad que no produce sombras: la de Dios, entendido, repito, como Amor, jamás aquel antropomorfizado, que tenía el solemne repudio de Albert Einstein (1879-1955). O, para los que no creen en Él, el de los más sublimes sentimientos que justifican la supervivencia de la raza humana, a pesar de siglos y siglos de demencia de tantos que, en sentido amplio, la gobernaron, pues no son solamente los que habitan los palacios los que lo hacen. (...) En la entrada del Instituto de

Educación de la LBV en São Paulo, en sus escuelas en Brasil y en el extranjero, se encuentra destacada la frase: Aquí se estudia. Se forman Cerebro y Corazón. Uno carece del otro.

Emmanuel, en el subtítulo “Niños”, en su libro Fuente Viva, psicografía de Francisco Cândido Xavier (1910-2002), inspirado en el versículo 10 del Evangelio de Jesús según San Mateo, capítulo 18: “Mirad, no desprecies a los pequeñitos...”, escribió:

“Niños

Emmanuel

“Cuando Jesús nos recomendó no despreciar a los pequeños, esperaba de nosotros no sólo medidas providenciales respecto a ropa y alimentación.

“No basta alimentar minúsculas bocas hambrientas o abrigar cuerpecitos helados. Es imprescindible el abrigo moral que asegure al espíritu renaciente el clima de trabajo necesario a su sublimación.

“Muchos padres garantizan el confort material de los hijitos, pero relegan sus almas al lamentable abandono.

“(...)

“No desprecies, pues, al niño, entregándolo a los impulsos de la naturaleza animal.

“ (...)

“El plato de comida es importante para el desarrollo de la criatura, pero no podemos olvidar ‘que no sólo del pan vive el hombre’.

“Acordémonos de la nutrición de los niños, por medio de nuestras actitudes y ejemplos, avisos y correcciones, en el momento oportuno; a la vez que desamparar moralmente al niño en las labores de hoy será condenarlo al menosprecio de sí mismo, en las tareas de las que se encargará mañana”.

Muy a propósito, en un documento que enviamos a la ONU, en ocasión de la Conferencia de Estatus de la Mujer, en marzo de 2009, reafirmo que la estabilidad del mundo empieza en el corazón del niño. Por ello, en la LBV aplicamos, desde hace años, la Pedagogía del Afecto y la Pedagogía del Ciudadano Ecuménico. (...) El afecto que inspira nuestra Pedagogía, tomada en su sentido elevado, es, además de un sentimiento del Alma elevado, una estrategia política, igualmente comprendida en su índole más sublime, en consonancia con la Justicia Social, como una estrategia de supervivencia para el individuo, los pueblos y las naciones. Los Seres Humanos — por lo tanto, los ciudadanos, entre ellos los jóvenes esperanzados — son mucho más que un saco de carne, huesos, músculos, nervios, sangre. Aman y sufren. Sueñan, desean, construyen, se frustran y, a pesar de todo, persisten, siguen adelante... Merecen, además de leyes, respeto para que ellas jamás constituyan oscuros privilegios, y puedan ser cumplidas en beneficio de todos (...).

José de Paiva Netto, Director Presidente de la Legión de la Buena Voluntad (LBV), es escritor, periodista, conductor de radio, compositor y poeta brasileño. Además, es miembro efectivo de la Asociación Brasileña de Prensa (ABI, siglas en portugués) y de la Asociación Brasileña de Prensa Internacional (ABI-Inter, siglas en portugués). Afiliado a la Federación Nacional de los Periodistas (FENAJ, siglas en portugués), a la International Federation of Journalists (IFJ), al Sindicato de Periodistas Profesionales del Estado de Rio de Janeiro, al Sindicato de Escritores de Rio de Janeiro, al Sindicato de los Profesionales de Radio de Rio de Janeiro y a la Unión Brasileña de Compositores (UBC). Integra también la Academia de Letras de Brasil Central. Es un autor de referencia internacional en la defensa de los derechos humanos y en la conceptualización de las causas de la Ciudadanía y de la Espiritualidad Ecuménicas, que, según él, constituyen “la cuna de los más generosos valores que nacen del Alma, la morada de las emociones y del raciocinio iluminado por la intuición, el ambiente que abarca todo lo que trasciende el campo común de la materia y proviene de la sensibilidad humana sublimada, como ejemplo de la Verdad, de la Justicia, de la Misericordia, de la Ética, de la Honestidad, de la Generosidad, del Amor Fraterno”.