El 11 de Septiembre hoy

Más de una década pasó desde el fatídico 11 de septiembre de 2001. Desde ese momento, cambiaron muchas cosas en la vida cotidiana de los pueblos. La privacidad, avis rara en un mundo globalizado, fue prácticamente desterrada de la convivencia social. Se implementaron leyes más rígidas, por ejemplo, en los viajes por avión muchos objetos de uso personal se clasifican como posibles armas letales.

El ataque a las Torres Gemelas y al Pentágono, símbolos del poder económico y militar americano, representa una fuerte y clara sensación de inseguridad.

La casa de todos nosostros

En "Jesús, el Profeta Divino", que presenté durante la 15ª. Bienal Internacional del Libro de Rio de Janeiro, en 2011, en el capítulo "Planeta Tierra: la casa de todos", transcribo fragmentos del discurso del presidente de los Estados Unidos John Fitzgerald Kennedy (1917-1963), pronunciado el 10 de junio de 1963, en Washington, D.C., muy propicio a la reflexión de todos: "(...) No seamos, pues, ciegos en relación a nuestras diferencias, pero dirijamos también la atención a nuestros intereses comunes y a los medios por los cuales las diferencias puedan ser solucionadas. Si no pudiéramos ahora ponerles fin, podremos, por lo menos, ayudar a proporcionarle seguridad al mundo — no obstante nuestras dificultades —, pues, en un último análisis, nuestro vínculo común y básico está en que todos nosotros habitamos en este planeta. Respiramos todos, el mismo aire. Todos tenemos un gran respeto por el futuro de nuestros hijos. Y todos somos mortales (...)".

Pari passu a esta edificante invitación de Kennedy, es primordial, por medio de la oración, de la meditación, establecer una sintonía elevada con los poderes superiores, siempre aptos a instruirnos para superar los obstáculos que la vida impone.

Cómo vencer en las contrariedades

Tela: Peter Paul Rubens

También en la obra "Jesús, el Profeta Divino", una de las más vendidas en la Bienal de Rio de Janeiro, afirmo que quien está con el Divino Maestro nada puede temer, aun en los peores momentos de la existencia. Él nos fortalece con Su Buena Nueva según San Juan, 14:18, y San Mateo, 28:20, diciendo: "Yo no os dejaré huérfanos y estaré con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo". Para esos seguidores fieles, la oportuna enseñanza del Apóstol San Pedro (Primera Epístola, 2:15) sobre el origen de la verdadera fuerza y del genuino poder: "(...) esa es la voluntad del Padre Celestial — que, practicando el Bien, hacéis enmudecer la ignorancia de los insensatos". De esta forma se comportó Jesús ante los opositores: con Su modo firme de actuar, dando incesante testimonio del Poder Divino, no dejaba de hacer el Bien, al mismo tiempo que lo predicaba por los caminos. He aquí, por lo tanto, Quién es y por qué es — "el Fiel Testigo, el Primogénito de los muertos, y el Soberano de los reyes de la Tierra, que nos ama y por Su sangre (como ejemplo) nos liberó de nuestros pecados" (Apocalipsis, 1:5), mostrándonos cómo vencer en este mundo de contrariedades: perseverar en Él y en el Padre hasta el fin, llevando el beneficio celestial a todas las criaturas. Es con ese conocimiento que se podrá concretar el definitivo perfeccionamiento de la sociedad, puesto que, como hace mucho les he hablado, la reforma de lo social viene por lo Espiritual.

A las víctimas del 11 de Septiembre, el fraterno homenaje de la Religión de Dios, la Religión del Tercer Milenio, Religión del Amor Universal.