¡Vaya sin prisa, haga una oración!

Siempre he llamado la atención de las personas para que tengan cuidado con el tránsito, en las rutas y en las metrópolis.

Arquivo BV

Goethe

En un editorial del reconocido periódico brasileño Folha de S.Paulo, de mayo de 1994, encontré este pensamiento de Goethe (1749-1832), famoso poeta y escritor alemán: “La muerte es, de cierta forma, una imposibilidad que de pronto se hace realidad”. Realmente, la mayoría de los seres humanos no piensan que un día tendrán que “pasar a la otra vida, para mejorar o empeorar” de acuerdo con su comportamiento en la Tierra.

El gran equívoco de la Humanidad es vivir como si después de la muerte nada hubiese. Ciertamente, conforme nos revelan los Mentores Espirituales, uno de los mayores dramas en la Patria de la Verdad es la llegada de multitudes libres de las cadenas de la carne, aunque completamente ignorantes de lo que es el Mundo Invisible.

Pero, volvamos al editorial de Folha de S.Paulo sobre la violencia en el tránsito, cuyo contenido, lamentablemente, aún es actualísimo: “(...) la frase del gran poeta alemán refleja con admirable precisión la manera en que muchos encaran la muerte. Y no cabe duda de que esa visión es especialmente común entre los jóvenes, cuya inexperiencia unida al ímpetu natural les confiere un sentimiento de omnipotencia e inmortalidad. Y ese sentimiento, por ser extremadamente engañoso, tiene muchas veces consecuencias terribles. Las más notables y perversas se hacen ver en el alto índice de participación de jóvenes en accidentes de tránsito en todo el mundo. Los accidentes de tránsito en las rutas son la principal causa de muerte en ese grupo etario, generando más víctimas que el SIDA u otras enfermedades incurables”.

No es suficiente dictar leyes para los seres humanos; es necesario prepararlos para la Ley. El código de tránsito ya existe. Todos saben que tienen que utilizar el cinturón de seguridad, disminuir la velocidad y respetar las señales y las sendas. Sin embargo, ¿por qué muchos no cumplen esas normas? Tal vez, porque no valoren su propia existencia.

La campaña ¡Vaya sin prisa, haga una oración!, promovida por la Legión de la Buena Voluntad (LBV), tiene como objetivo la concientización de conductores y peatones, para que obedezcan las leyes de tránsito, por Amor a su vida y a la de sus semejantes.

Tatiane Silva

Por lo tanto, aquí está nuestra contribución para el fin de la violencia en el tránsito, de forma que la velocidad irresponsable aún existente en las calles se sublime en actos cada vez más veloces de respeto a todos y de ayuda a las personas en situación de pobreza. He aquí nuestro lema: Promover el Desarrollo Social y Sostenible, Educación y Cultura, Arte y Deporte, con Espiritualidad Ecuménica, para que haya Conciencia Socioambiental, Alimentación, Seguridad, Salud y Trabajo para todos, en el despertar del Ciudadano Planetario.

¡Vaya sin prisa, haga una oración!

 LBV — tránsito libre para la Vida

Educación y tránsito

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Lamentablemente, pocos reflexionan sobre el hecho de que, en Brasil, el tránsito ha causado un número mayor de víctimas que muchas guerras. Según el Departamento Nacional de Tránsito (Denatran), un promedio de 150 personas mueren por día en estos accidentes en Brasil. Una buena parte de esas muertes no sucedería si conductores y peatones fuesen más prudentes y observasen los consejos sencillos al conducir un vehículo o al cruzar la calle. Actitudes como esas evitarían el sufrimiento de miles de familias y el perjuicio, que todos los años es superior a R$ 30 mil millones, según estimaciones del Denatran, como consecuencia de los accidentes de tránsito en las rutas y vías urbanas. 

Por lo cual, es fundamental:

— no manejar cansado, bajo la influencia de emociones o bajo efecto de bebidas alcohólicas y/o de alguna sustancia estupefaciente;

— no transitar por encima de los límites de velocidad;

— usar constantemente el cinturón de seguridad;

— conocer bien el vehículo que maneja y mantenerlo en buenas condiciones de funcionamiento;

— desarrollar una dirección defensiva, previniendo, de esa manera, accidentes; y

— llevar a los niños hasta los 10 años de edad en el asiento trasero del auto.

La concientización es el primer paso para el fin de la “guerra” en las rutas y calles brasileñas. Para esto, es muy importante, por sobre todo, que la Buena Voluntad esté presente entre conductores y peatones.

¡Vivamos en paz todos nosotros, en el tránsito!

Oración del conductor*

Arquivo BV

Alziro Zarur

Extraída de la revista BUENA VOLUNTAD No 26, de agosto de 1958, la oración se hizo famosa en la interpretación de Alziro Zarur (1914-1979), inolvidable fundador de la LBV, en sus programas de radio.

“Jesús,

“quiero que seas

“la Luz de mis ojos,

“¡para que vea siempre el camino correcto!

“El Guía de mis brazos,

“¡para que me dirija siempre hacia el Bien!

“La Fuerza de mi vida,

“¡para que resista a la lucha diaria por el pan!

“Mi Amigo constante,

“¡para que sirva a todos con Buena Voluntad!

“El Amor de mi corazón,

“¡para que yo ame a todos como a mí mismo!

“Que la Paz de Dios ilumine nuestros caminos.

“¡Y viva Jesús!”

Nota del autor

* Constante en mi libro Al Corazón de Dios — Colección Ecuménica de Oraciones (versión de bolsillo), 69a edición, pág. 139, publicada por la Editorial Elevação.

José de Paiva Netto, Director Presidente de la Legión de la Buena Voluntad (LBV), es escritor, periodista, conductor de radio, compositor y poeta brasileño. Además, es miembro efectivo de la Asociación Brasileña de Prensa (ABI, siglas en portugués) y de la Asociación Brasileña de Prensa Internacional (ABI-Inter, siglas en portugués). Afiliado a la Federación Nacional de los Periodistas (FENAJ, siglas en portugués), a la International Federation of Journalists (IFJ), al Sindicato de Periodistas Profesionales del Estado de Rio de Janeiro, al Sindicato de Escritores de Rio de Janeiro, al Sindicato de los Profesionales de Radio de Rio de Janeiro y a la Unión Brasileña de Compositores (UBC). Integra también la Academia de Letras de Brasil Central. Es un autor de referencia internacional en la defensa de los derechos humanos y en la conceptualización de las causas de la Ciudadanía y de la Espiritualidad Ecuménicas, que, según él, constituyen “la cuna de los más generosos valores que nacen del Alma, la morada de las emociones y del raciocinio iluminado por la intuición, el ambiente que abarca todo lo que trasciende el campo común de la materia y proviene de la sensibilidad humana sublimada, como ejemplo de la Verdad, de la Justicia, de la Misericordia, de la Ética, de la Honestidad, de la Generosidad, del Amor Fraterno”.