Una pequeña célula humana

28 de julio de 2014: ¡la eclosión de la Primera Guerra Mundial cumple 100 años!

Es necesario prestar una constante atención a los eventos, por pequeños que sean, porque pueden convertirse en grandes. Dada la extensión del mundo, un Ser Humano es pequeño, pero su importancia es inmensa; por lo tanto, sus actos también. Me valgo del ejemplo de la Primera Guerra Mundial.

¿Quieren ver algo?

¿Quién mató, el 28 de junio de 1914, al archiduque Francisco Fernando y su esposa Sofía, provocando, incluso como pretexto, desde Serbia, la pequeña Serbia, la Primera Guerra Mundial? Fue un estudiante. Una pequeña célula humana. Esto no significa que yo esté quitándole su valor como Ser, pero tengo que hacer una comparación. Lo utilizaron como un disparador. Eso es lo que no debemos permitir que hagan con nosotros. Él era un joven estudiante, Gavrilo Princip (1894-1918). Asesinó al heredero del imperio austro-húngaro, en Sarajevo. Así tuvimos la Primera Guerra Mundial, que muchos consideraron como aquella que pondría fin a todas las otras, como dijo Georges Clemenceau (1841-1929), primer ministro de Francia en aquel momento. La representó en el Tratado firmado en la Galería de los Espejos del Palacio de Versalles, construida por Luis XIV (1638-1715), El Rey Sol, que también se apagó, por ser humano. Este documento decidió el reparto del botín de Alemania, sometida en 1918, y determinó que esa nación pagase onerosas indemnizaciones a los vencedores.

Varios analistas dijeron que el Tratado, por haber sido muy riguroso, oprimió demasiado al pueblo alemán, dejándolo a merced del primer aventurero que apareciera. El hecho propició el desafortunado ascenso al poder de Adolf Hitler (1889-1945), referencia que no requiere largos comentarios… Basta con recordar que instituyó el repulsivo racismo, como ideología de Estado. Y resultó en lo que resultó, porque el racismo contra uno, inevitablemente, un día se transforma en racismo contra todos. Arrastró a los pueblos, entre ellos a Brasil, al Segundo Gran Conflicto Mundial (1939-1945), que masacró a millones de personas. Creo que el "Führer" habría buscado cualquier razón para hacer la guerra. Sin embargo, nadie debe forzar demasiado a un derrotado (en el caso de Alemania 1918). Para administrar la victoria es necesario un talento especial. Otro detalle: el sombrío Adolf llegó al poder con una minoría de votos, sirviéndose de varios artificios, incluso en contra del mariscal Hindenburg, destruyendo a la frágil República de Weimar, convirtiéndose en un dictador indiscutible. Algunos opinan que era un estratega. La ascensión de un liderazgo teratológico similar no puede repetirse en el mundo. No se debe permitir a la serpiente denunciada en el Apocalipsis*1 que levante la cabeza de nuevo, cualquiera sea la creencia o ideología, aparente en esta ocasión. Aludimos también al hecho de que ella no se presenta necesariamente de forma espectacular. Es astuta, se infiltra y se entromete. Ejerce la seducción con la astucia. Por ello, tiene la apariencia de serpiente en el Apocalipsis 12:09: "Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama el Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él".

Por ello, cualquier acto "pequeño", como el del pobre Gavrilo, que era un patriota según su convicción, puede repercutir en todo el mundo. No son sólo las medidas propias del gobierno que nos afectan a nosotros, los de la llanura. ¡No! Nuestras actitudes también, por pequeñas que sean, repercuten en lo "alto". La comunidad somos todos nosotros, multiplicados. Es como un enigma que pide ser descifrado, una maraña de destinos que establecen caminos no siempre agradables.

Para el Creador, todas Sus criaturas son importantes. Es urgente que los que influyen en el mundo entiendan que el ser humano es Patrimonio Divino, el Capital de Dios, antes de que sea demasiado tarde. Recordemos un viejo refrán que advierte: "Apenas una ramita puede tirar la olla del fogón".

Las personas necesitan educarse intelectual y espiritualmente, para influir mejor en su propio destino. Un pueblo educado y espiritualmente ecuménico sabrá, con la Paz, defenderse en el Tercer Milenio.

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*1 Apocalipsis — Último libro de la Sagrada Biblia. Investigando el tema desde hace más de 40 años, Paiva Netto, experto en el asunto, ha publicado la famosa colección "O Apocalipse de Jesus para os Simples de Coração" (El Apocalipsis de Jesús para los Simples de Corazón), compuesta por los libros: As Profecias sem mistério (Las Profecías sin Misterio), Somos todos Profetas (Somos todos Profetas), Apocalipse sem medo (Apocalipsis sin Miedo), y Jesus o Profeta Divino (Jesús el Profeta Divino). Juntos, han vendido más de 2 millones de copias.

José de Paiva Netto, Director Presidente de la Legión de la Buena Voluntad (LBV), es escritor, periodista, conductor de radio, compositor y poeta brasileño. Además, es miembro efectivo de la Asociación Brasileña de Prensa (ABI, siglas en portugués) y de la Asociación Brasileña de Prensa Internacional (ABI-Inter, siglas en portugués). Afiliado a la Federación Nacional de los Periodistas (FENAJ, siglas en portugués), a la International Federation of Journalists (IFJ), al Sindicato de Periodistas Profesionales del Estado de Rio de Janeiro, al Sindicato de Escritores de Rio de Janeiro, al Sindicato de los Profesionales de Radio de Rio de Janeiro y a la Unión Brasileña de Compositores (UBC). Integra también la Academia de Letras de Brasil Central. Es un autor de referencia internacional en la defensa de los derechos humanos y en la conceptualización de las causas de la Ciudadanía y de la Espiritualidad Ecuménicas, que, según él, constituyen “la cuna de los más generosos valores que nacen del Alma, la morada de las emociones y del raciocinio iluminado por la intuición, el ambiente que abarca todo lo que trasciende el campo común de la materia y proviene de la sensibilidad humana sublimada, como ejemplo de la Verdad, de la Justicia, de la Misericordia, de la Ética, de la Honestidad, de la Generosidad, del Amor Fraterno”.