El Armagedón en la mesa

Aprendamos a respetar la Vida, si no la diosa muerte multiplicará su trabajo. Fue lo que reafirmé en 1991, en la Serra do Pilar, en Vila Nova de Gaia, Portugal, grabando el Programa Buena Voluntad, para la Red Bandeirantes de Televisión, de Brasil.

Muchas personas piensan que el Armagedón (Apocalipsis, 16:16) se refiere solo a la posibilidad de una guerra nuclear, química, bacteriológica, cibernética. Pero, la falta de respeto a la criatura humana, que ni en el útero materno puede defenderse, es un Armagedón. El crimen organizado es un Armagedón. El analfabetismo material y espiritual es un Armagedón. La implosión de la familia es un Armagedón. El avance tecnológico sin espíritu de solidaridad social es un Armagedón. El fanatismo religioso es un Armagedón. El materialismo desenfrenado es un Armagedón. El hambre es un Armagedón. El Armagedón está en nuestra mesa: los vegetales llenos de agrotóxicos, las carnes repletas de antibióticos y hormonas. El Armagedón se refleja en las aguas contaminadas de los océanos, lagos, ríos e incluso en las fuentes. Los azotados por la sequía padecen un Armagedón. Salir a las calles para trabajar, estudiar o divertirse, sin la seguridad de un regreso tranquilo al hogar, ante la violencia y la inseguridad que por todas partes hoy se manifiestan, ¿qué es eso sino un Armagedón? La falta de Amor en los corazones es un Armagedón. Las personas están esperando el Armagedón, y ya está ahí...

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Alimentos contaminados

Recibí de la lectora Lucí Andréa, especializada en Comercio Exterior, la advertencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo contenido se corresponde con lo que tratamos en este artículo, del cual separamos estos significativos fragmentos: "Los alimentos y el agua contaminados están vinculados a la muerte de aproximadamente 2 millones de personas al año, en su mayoría niños. Los alimentos insalubres que contienen bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas causan más de 200 enfermedades, que van desde la diarrea hasta el cáncer. Nuevas amenazas a la seguridad alimentaria surgen constantemente. Los cambios en la producción, distribución y consumo; cambios en el medio ambiente; nuevos y emergentes patógenos; resistencia a los antimicrobianos presentan una serie de retos para los sistemas nacionales de inocuidad de los alimentos. Los aumentos en los viajes y el comercio aumentan la probabilidad de que la contaminación puede propagarse a otros países".

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Respeto a la Vida

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Sin embargo, todos los problemas tienen solución cuando los seres humanos realmente se disponen a resolverlos. Es una cuestión de respeto al divino privilegio de existir. Por esto, aquí se ajusta como un guante este pensamiento de Henry Ford (1863-1947), que cierta vez definió la Buena Voluntad como la mayor fuerza de la Vida: "Los tiempos de riqueza no nacen por casualidad. Surgen como resultado de mucho esfuerzo y persistencia".